FilosofiaLA FILOSOFIA DE LA OSTEOPATIA
Hasta 1896, el colegio de Kirsville había sido la única institución de formación en osteopatía. Still había podido fácilmente controlar el desarrollo y las orientaciones puestas por el movimiento, pero a partir de 1896, otros colegios son creados (entre 1896 y 1899, trece colegios legítimos habían sido abiertos). Desde entonces, ya no controlaba más el movimiento y siente como la osteopatía se le escapa, tomando orientaciones que no deseaba. Antiguos alumnos comenzaron a publicar obras. Carl McConnell publicó en 1899 The Practice of Osteopathy: Designed for the Use of Practitioners and Students of Osteopathy. Still no quedó nada satisfecho del libro de McConnel, lamentando que lo esencial fuera sacado de << antiguos médicos >>, y lo considero como << el fallo total de un osteópata >>. Desde entonces, se siente presionado por la urgencia de consignar la esencia osteopática. La Filosofía de la Osteopatía, es entonces la primera obra escrita por Still con ese objetivo en mente. He recopilado algunos extractos de su libro "The Philosophy of Osteopathy" escrito en 1899 que quiero compartir con ustedes : "Phylosophy of osteopathy" "Estos escritos, están dedicados con todo mi respeto al Gran Arquitecto y Creador del Universo, a los osteópatas y a todas aquellas personas que creen que el Primer Gran Experto Mecánico no dejo nada por terminar en Su obra maestra, el Hombre, otorgándole de todo lo necesario para su bienestar y longevidad". Mientras veo a muchos que estando solamente en la superficie de esta ciencia, y que se atreven a coger los lápices y escribir libros de Osteopatía, y tras haber leído sus escritos con minuciosidad, y comprobar que siguen bebiendo de las viejas escuelas de drogas, llevando a la ciencia hacia los mismos sistemas de los que me divorcié yo mismo hace años, y darme cuenta que los estudiantes hambrientos están listos para tragarse venenos mentales como esos, con lo peligrosos que son, tuve la necesidad imperante de publicar algo de literatura osteopática para todos aquellos que están deseosos de aprender. Es mi objetivo en este trabajo enseñar los principios tal y como yo los entiendo, y no reglas. No enseño al estudiante para que empuje o desplace algún hueso en cuestión, nervio o músculo para una determinada enfermedad, sino para que se familiarice con lo que es normal y lo que es anormal, dando así un conocimiento específico de todas las enfermedades. "Mi objetivo es hacer del osteópata un filósofo, y situarle sobre la piedra de la razón. Entonces no estaré preocupado en escribir detalles de cómo tratar un órgano del cuerpo humano, porque está preparado para saber lo que ha provocado las variaciones en todo tipo de formas y movimiento. Quiero poner en su mente la brújula y la atención para poder ir desde el efecto hacia la causa de toda anomalía en el cuerpo. Así, no tendré que detallar qué hacer con problemas en la cabeza, la cara, un corazón dolorido, pulmón, pleura, hígado, bazo, riñón o cualquier órgano o parte del cuerpo. Esta donde debe cuando encuentra un problema, porque sabe que esta viendo la causa y entra en batalla, pero no por ninguna ley que especifica nada, que pertenece al libro de chapuzas de la sintomatología. Cuando comprendes y te guías en base a las leyes de la razón, la confusión será algo lejano para ti en cualquier batalla frente a la enfermedad." Tres miembros de mi familia, dos de mis propios hijos y uno adoptado, morían por la enfermedad de la meningitis espinal, y eso me hizo hacerme preguntas serias tales como, "¿en la enfermedad ha dejado Dios en una posición de inseguridad al hombre?, ¿qué es lo que ocurre? ¿qué sucede y cuál es el resultado?, y cuando la muerte llega, ¿a donde se supone que el hombre va?. Mi conclusión fue que Dios no era un Dios de la incertidumbre, sino un Dios de la verdad. Y todas sus creaciones, espirituales y materiales, son armoniosas. Su ley para la vida animal es absoluta. Un Dios tan sabio ha colocado con seguridad el remedio dentro de la casa material en la que vive el espíritu de la vida. Convencido que un amoroso e inteligente Creador del hombre ha depositado en su cuerpo en algún lugar o por todo el cuerpo las drogas suficientes para curar todas las enfermedades, en cada viaje exploratorio he sido capaz de traer conmigo un cargamento de verdades incuestionables, que todos los remedios necesarios para la salud están en el cuerpo humano. Y pueden ser administrados ajustando el cuerpo de tal manera para que lo remedios puedan asociarse entre sí de forma natural, escuchar las quejas, y dar el alivio al enfermo. Nunca he fracasado a la hora de encontrar todos los remedios en las estanterías delante de mí y en la casa donde habita lo Infinito, el cuerpo humano. Andrew Taylor Still El Dios de la Naturaleza es la fuente de la sabiduría y la habilidad, y el trabajo mecánico realizado en todos los seres vivos es el resultado de esa absoluta sabiduría. El hombre no puede añadir nada más a este trabajo perfecto ni mejorar nada en el funcionamiento normal del cuerpo humano. La enfermedad es solo un efecto, y una prueba visible que hay alguna correa fuera de su sitio, un eje inclinado o algún diente del engranaje roto o fuera del sitio. La capacidad que tiene ser humano para curar es tan eficaz como su conocimiento sobre lo que es correcto o en esta en posición normal, y de su habilidad para reajustar los huesos, músculos y ligamentos, y liberar así los nervios, la sangre, las secreciones y excreciones. Le damos credibilidad a Dios con nuestra sabiduría y habilidad para llevar a cabo un trabajo perfecto en la casa de la vida en la que el hombre habita. Es simplemente hacer justicia el que demos nuestra credibilidad a Dios y que estemos listos para reajustar el cuerpo y confiar en los resultados.
pequeña embarcación y me lancé a la mar como un explorador. Como Colón, yo también encontraba trozos de madera flotando en la superficie. Anotaba la dirección del viento, de dónde procedía y dirigía mi barco en consecuencia... Desde ese día, he vigilado siempre la dirección y el origen del viento y no he obviado encontrar el origen de su soplo." A.T. Still "El osteópata tiene su propia sintomatología. Él busca su causa, quita la obstrucción y deja que el remedio de la Naturaleza, la sangre arterial, sea el médico; y cuando su paciente se ha curado, no encuentra en su cuerpo ninguna medicina ignorantemente administrada contra la que debe luchar. El que trata los síntomas es el hombre que combate la enfermedad de forma específica, pero si fuera inteligente y honesto diría, "ningún remedio concreto ha sido encontrado nunca para ninguna enfermedad". Esto es lo que dicen todos los profetas de todas las escuelas, y yo me pregunto a mí mismo, ¿por qué debería seguir dicha práctica?".
El origen de la enfermedad Si disminuye la circulación nerviosa, la debilidad será lo siguiente en venir. El movimiento se volverá débil y no tendrá la fuerza suficiente para llevar la sangre a los pulmones y hacerla salir con normalidad, de este modo, la sangre se estanca, se congestiona y se vuelve enferma, porque no recibe los impulsos nerviosos necesarios que le dan la fuerza para circular saludablemente por los pulmones. Si la vida es vencida por los fluidos tóxicos que se generan durante su estancamiento y cambios químicos, ¿Por qué no podemos decir también que la fuerza nerviosa era insuficiente para mantener activa la renovación de la máquina a través de su sistema excretor, y entonces la razón nos lleva a ir en busca de las zonas y centros que están impedidas, en las que los nervios vasomotores y otros están irritados, provocando que la circulación venosa se debilite y permita así que los líquidos enfermos se acumulen local o generalmente por todo el cuerpo, durante el tiempo suficiente para que los líquidos se vuelvan mortales y la fuerza de la disolución se vea vencida e impedida?. La osteopatía piensa que la fuerza general o local de los nervios debe estar libre para poder llegar a todas partes del cuerpo sin impedimento alguno, y esto puede ser producido por un hueso dislocado, un músculo, nervio, vena o arteria contraída, alargada o encogida. Cuando se acorta o se alarga se vuelven anormales en su estructura, y todas sus funciones vitales obedecen a la ley de la fuerza, localizada en el corazón, cerebro y todo el sistema arterial. Verdades de la naturaleza Hablamos a menudo de la verdad. Decimos grandes verdades y utilizamos muchos otros calificativos. Por tanto, ninguna verdad es más grande que otra. Cada una posee una esfera de utilidad que le es particular. Así debemos tratar con respeto y veneración todas las verdades, pequeñas o grandes. Una verdad es la obra acabada de la naturaleza y no puede ser demostrada más que por el principio vital perteneciente a esta clase de verdades. Como vemos, cada verdad o división no puede ser conocida mas que por el hecho, en si misma evidentemente, por la verdad demostrada de su acción.
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